La cumbre sin precedentes del martes entre Donald Trump y Kim Jong Un será una “ocasión única”, según el presidente estadounidense, de hacer avanzar la causa de la paz, pero también de tratar una lista importante de temas espinosos.
– Desnuclearización –
Es el corazón del problema, y los diplomáticos se activan para acercar las posiciones que aún separan a las dos partes la víspera del encuentro.
Washington exige una “desnuclearización completa, verificable e irreversible” de Corea del Norte. Según las palabras de Trump: “Deben desnuclearizar. Si no desnuclearizan, no será aceptable”.
Pyongyang insiste en su compromiso de una “desnuclearización de la península coreana”. La fórmula está sujeta no obstante a interpretación y se ignora qué concesiones Corea del Norte estaría dispuesto a poner sobre la mesa.
Según las estimaciones de Seúl, Corea del Norte dispone de 50 kg de plutonio, lo suficiente, según la prensa, para fabricar una decena de bombas. Tiene además una capacidad “considerable” para producir armas con uranio.
Hasta ahora fue imposible hallar un acuerdo sobre el tema, y los especialistas dudan de que Corea del Norte renuncie a su fuerza de disuasión nuclear.
Siegfried Hecker, especialista estadounidense, declaró que una desnuclearización total e inmediata es “inimaginable” y podría compararse a un “escenario de rendición total de Corea del Norte”.
– Poner fin a la guerra de Corea –
Norte y Sur siguen técnicamente en guerra, el conflicto de 1950-1953 terminó con un armisticio que el dirigente surcoreano de entonces se rehusó a firmar. Se creaba una zona desmilitarizada (DMZ) que sellaba la división de la península.
En la cumbre intercoreana de abril, Kim y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, concluyeron que había que buscar un acuerdo de paz.
Seúl anunció la semana pasada que mantenían discusiones con Pyongyang y Washington con la intención de sacar una declaración liminar.
Esta precedería un tratado con todas sus letras, que trataría problemas complejos que necesitan negociaciones. China debería ser partícipe ya que firmó el armisticio.
“Podríamos firmar un acuerdo y es lo que miramos”, declaró Trump. “Parece extraño, pero es probablemente lo más fácil”.
– Normalización –
El presidente estadounidense agitó la ilusión de una normalización de las relaciones diplomáticas entre los enemigos, e incluso una invitación de Kim a la Casa Blanca.
“Quizás podamos comenzar por la Casa Blanca, ¿que le parece?”, dijo cuando se le preguntó si Kim sería invitado a Washington o a su propiedad de Mar-a-Lago en Florida.
El otro factor incitativo sería el fin de las sanciones de la ONU contra Pyongyang. Pero allí también hay un abismo, Washington dice que sólo podrían levantarse si la desnuclearización es completa. Pyongyang quiere que se levante progresivamente en función de los avances hacia ese objetivo.
– Derechos humanos –
Los defensores de los derechos humanos dicen que las violanciones son generalizadas en Corea del Norte, en donde unos 120.000 prisioneros están en los campos de trabajo. Algunos se preguntan si Trump hablará del tema.