Analistas observan señales de enfriamiento de la economía

El estancamiento de depósitos del público, el descenso de la actividad de la construcción, además de una notable baja de las importaciones en un escenario de alto déficit fiscal y permanente debilitamiento de la posición de reservas del Banco Central explican la contracción de la economía, según economistas, sociólogos y analistas políticos que comentaron la reciente publicación de la socióloga brasileña Fernanda Wanderley.
Según Juan Antonio Morales, expresidente del Banco Central de Bolivia, si bien se mantiene la política social del Gobierno mediante los bonos sociales a costa de las empresas públicas, se observan señales de que la economía pierde dinamismo.
No estuvo del todo convencido con una declaración de su colega, Armando Méndez, quien habría manifestado que por ejemplo se tendría pleno empleo en el sector de la construcción. Morales admitió que en el país los trabajadores menos calificados mejoraron sus ingresos por encima de los calificados. Esta misma situación fue confirmada por el Instituto Inesad, en una medición reciente.
El ministro de Economía, Mario Guillén, insistió en sus declaraciones que la economía crecerá 4.7 por ciento este año y señaló que el número de empresas legalmente, registradas había subido en más de 3.000 unidades durante el primer trimestre.
El viceministro de Presupuesto, Jaime Durán, ratificó las proyecciones del crecimiento económico.
La Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco) dijo en una evaluación que el año pasado el sector se contrajo en 36 por ciento respecto a 2016, aunque creció 4.99 por ciento en 2017.
INFORMALIDAD
El director de Maestrías para el Desarrollo de la Universidad Católica, Gonzalo Chávez, advirtió que la informalidad ya no es una ventaja para el país porque impide la articulación productiva. Refirió que los sectores del comercio informal, al achicarse la economía, también es fuertemente afectada. Dijo que las importaciones se contrajeron de 10.000 a 7.000 millones de dólares, lo que genera una menor actividad en esa misma dimensión. “Las mafias no generan valor porque no están vinculadas a la producción sino a la circulación de los bienes”, sostuvo, en alusión a la elevada informalidad dominada por grupos con alto poder económico y que no generan ingresos al fisco.
Por su parte, Wanderley al explicar la publicación admitió que el ingreso ha mejorado, lo que generó una protección moderada a las familias que lograron aumentar sus ingresos, pero advirtió que se ha producido una mayor migración del campo a la ciudad por la alta vulnerabilidad que representa la actividad agrícola. “Se han convertido en trabajadores urbanos en diversas actividades y muchos de ellos tienen incluso triple residencia”, agregó.
Sostuvo que en este escenario se requieren políticas gubernamentales para asegurar la sostenibilidad de las medidas asumidas por el Gobierno, a las que observó la ausencia de una visión integral.
Ejemplificó que las políticas del Ejecutivo tienen en el tipo de cambio un tema central, que está favoreciendo a ciertos sectores económicos, especialmente de importación, pero advirtió que en cuanto a los hogares, pese al aumento, en los de más bajos ingresos, el costo de vida sigue siendo más alto en aquellos respecto de los hogares más ricos.
Manifestó que no resulta congruente que por un lado el Gobierno sostenga una política social basada en bonos, pero por otro lado absorbe estos ingresos mediante la presión tributaria.
Al respecto, el politólogo Diego Ayo señaló que al menos dos millones de bolivianos se encuentran en posición de vulnerabilidad y dijo que en la región 14 millones de personas han retornado a la pobreza.